Cuando empecé con Mari, iba con una lista exacta y precisa de lo que pensaba necesitar. Poco a poco después de mucha entrega y confianza en su proceso, entendí que lo que necesitaba era entender muchas cosas de mi infancia para lograr una mejor perspectiva de lo que debo trabajar con más efectividad pero sobretodo, con más autocompasión y paciencia.
Me acompañó en mi travesía en el amor propio, en la construcción de mi primer negocio y mi pasión por nuevos deportes.
Creo que ningún terapeuta se había tomado ese traje de acompañamiento tan empática y profesionalmente.
Hoy entiendo las herramientas que ha dejado en mi y espero pueda entregárselas a más personas que gocen de ser su cliente.