EL PERDÓN, UN PROCESO PARA LA PAZ INTERIOR
El perdón es un proceso al que todos los seres humanos nos hemos tenido que enfrentar desde que somos pequeños. Es una decisión que tomamos cuando alguien nos ha hecho daño o nos ha agredido. Es lo opuesto a querer vengarse o a responder con más agresión. Perdonar implica reducir la emocionalidad y pensamientos que se generan tras una agresión, de hecho las personas pueden experimentar sentimientos y pensamientos positivos hacia el agresor (Williamson y Gonzales, 2007).
Perdonar implica reducir la emocionalidad y pensamientos que se generan tras una agresión
Según Worthington y Scherer, expuesto por Rocha, Amarís y López-López (2017), el perdón se da como estrategia para el afrontamiento centrada en la emoción, es decir que se hace frente a emociones como la ira y la hostilidad, pero describen también que puede ser una estrategia centrada en el problema, abordandolo para buscar una solución. El perdón podría ser también una forma adaptativa para perseverar y mantener relaciones con otras personas.
Es verdad que desde niños se enseña a perdonar, incluso se ha considerado como una habilidad social que vamos aprendiendo en la infancia, sin embargo el razonamiento sobre el perdón va evolucionando a medida que aumenta la edad, debido a que nuestro desarrollo cognitivo varía y se hace más complejo (Enright y The Human Development Study Group, 1991). Díaz-Figueroa y Prieto-Ursúa, añaden que para entender esta evolución se debe tener en cuenta las fases de desarrollo de Piaget, el modelo de desarrollo moral de Kohlberg y el desarrollo de la Teoría de la Mente.
La edad, de hecho, es un factor que influye en este proceso, al igual que el tiempo, la autoestima, el autoconcepto, las creencias sobre el mundo, la espiritualidad y los rasgos de personalidad, como lo mencionan Amarís y López-López (Amarís y López-López (2017). Ahora bien, a medida que aumenta la edad, aumenta la capacidad del ser humano de perdonar. Pareciera que la experiencia de vida hiciera entender que el humano comete errores y que se merece una segunda oportunidad, además hay una especie de “habituación” al daño y disminuye la respuesta de estrés, nos hacemos. El tiempo es indispensable para la aceptación, y es dinámico, es decir que se avanza y se retrocede hasta llegar a un punto de equilibrio psicológico (Strelan y Covic, 2006).
Las personas con un bajo nivel de empatía, con rasgos narcisistas y egocentristas, pueden sentir que perdonar es más difícil. Por otra parte, una persona con un desarrollo espiritual tiene mayor capacidad de perdonar.
El proceso de perdonar puede traer diferentes consecuencias. A nivel intra personal, aumenta la autoestima, disminuye el estrés, la ansiedad, la tristeza y el enojo, trayendo consecuencias positivas a nuestra salud física, como un sistema inmune más fuerte. A nivel interpersonal, trae bienestar y persistencia en las relaciones, posibilitando la reconciliación (Amarís y López-López, 2017).
Al contrario, no perdonar trae sentimientos y pensamientos que incitan a la persona a desear la venganza y sentir rencor, lo que lleva a un mayor estrés afectando la atención, está asociado al estrés y a la depresión y a un sistema inmune débil (Amarís y López-López, 2017).
Queridos lectores: perdonar es una decisión personal que cura el corazón al abandonar la ira, el odio y el rencor. Es recordar y sentirse en paz. Es un proceso que hemos creído que hacemos para otros, pero en realidad, es un regalo para nosotros mismos. La persona que no perdona sufre con las consecuencias, entrega el poder de sus emociones a otro, en cambio, el que perdona es libre.
Recuerda que perdonar no es aceptar la crueldad, ni el egoísmo y mucho menos olvidar…no es excusar y justificar agresiones. Y no olvides: ¡PEDIR PERDÓN Y PERDONAR ES DE VALIENTES!
En mi IGTV tienes una entrevista con @lauraulloagonzalez, hablamos del perdón como un proceso para la paz interior.
REFERENCIAS
Enright, R. y The Human Development Study Group. (1991). The moral development of forgiveness. En W. Kurtines y J. Gewirtz (Eds.), Handbook of moral behavior and development (pp. 123-152). Psychology Press.
McCullough, M. E. (2008). Beyond revenge: The evolution of the forgiveness instinct. Jossey-Bass.
Rocha, Areli, Amarís, María, & López-López, Wilson. (2017). El perdón como estrategia de afrontamiento. Una mirada desde el modelo de la complejidad del afrontamiento. Terapia psicológica, 35(3), 271-282
Strelan, P. y Covic, T. (2006). A review of forgiveness process models and a coping framework to guide future research. Journal of Social & Clinical Psychology, 25, 1059-1085.
Williamson, I., y Gonzales, M. (2007). The subjective experience of forgiveness: Positive construals of the forgiveness experience. Journal of Social and Clinical Psychology, 26(4), 407-446